Esta tecnología podría permitir que la administración de medicamentos fuera mucho más precisa y personalizada, como vamos a ver. Los científicos israelíes que han realizado el experimento usaron electroencefalografías para medir la actividad cerebral de un hombre mientras este resolvía problemas matemáticos o descansaba.
Los patrones de actividad cerebral eran analizados por un algoritmo online que detectaba si las neuronas se hallaban inmersas en las matemáticas, momento en que activaba un campo electromagnético que "encendía" los nanorrobots insertados en la cucaracha cargados de una sustancia fluorescente. Al calentarse los nanobots, se desplegaban y dispensaban el fluido. Es decir, que cuando el hombre pensaba en matemáticas, los ingenios bioquímicos colocados en el insecto ejecutaban una acción predeterminada.
Este trabajo publicado en PLOS One demuestra que el estado cognitivo de un ser humano puede activar y desactivar moléculas bioactivas dentro de un organismo. Las implicaciones terapéuticas son enormes. Los nanorrobots implantados en una persona detectarán si se necesita más o menos medicación, por ejemplo. Y los autores de la investigación creen que esta tecnología servirá para advertir los sutiles cambios bioquímicos ligados a dolencias como la esquizofrenia, la depresión y los déficits de atención, enfermedades muy difíciles de diagnosticar y tratar.
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