• Supón que te envían o descargas un archivo de un programa a tu disco duro, y no te fías por si
puede ser un virus o programa malicioso. Entonces, si no quieres ejecutar dicho programa en tu
máquina real, puedes hacerlo en tu máquina virtual, y así evitar todo tipo de riesgos
• Otro ejemplo, supongamos eres usuario de Windows XP y que has decidido instalar el nuevo
sistema operativo de Microsoft, Windows 8.1 Ultimate, en tu máquina real, pensando que todos los
programas con que trabajas funcionarán correctamente en el nuevo sistema operativo. Sin
embargo, te das con la sorpresa de que un programa que funcionaba bien en Windows XP ya no te
funciona con el Windows 8.1 Ultimate y necesitas trabajar con él urgentemente.
• Puede que desees visitar páginas de las cuales no tienes idea de si son seguras. En este caso puedes
usar tú máquina virtual y visitarlas sin ningún problema que implique poner en riesgo tu máquina
real, ya que cualquier daño sólo afectaría a tu máquina virtual.
• Otra gran utilidad es poder conectar tu máquina virtual en una red con tu máquina real como si
tuvieras dos máquinas físicamente cuando en realidad tienes una real y la otra virtual.
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